26-04-2006
Guía turístico: el mejor comunicador al aire libreLa evolución del turismo y la demanda de actividades culturales requiere
buenos comunicadores y relaciones públicas que sepan transmitir la
riqueza del patrimonio local o regional.
A.M., Q.R., A.C. / Madrid.
La profesión de guía turístico exige una amplia y sólida formación que,
además, debe renovarse constantemente. Según la ley, cualquier persona
que obtenga la habilitación de guía puede ejercer como tal. Accede
cualquier licenciado o diplomado en una carrera de Letras -Historia,
Arte, Geografía, Humanidades, etcétera- y también realizando los
estudios de Técnico en Empresas y Actividades Turísticas. Además existe
un módulo específico de Formación Profesional pero, en cualquier caso,
se debe aprobar un examen para especializarse y conseguir así una
acreditación concreta que permite guiar en determinados museos,
palacios o ciudades. Otro de los requisitos fundamentales es dominar
dos idiomas además del propio.
El guía es la persona que dirige y acompaña a grupos de visitantes, mostrándoles los lugares de
interés artístico, monumental o estético. También es aquel que tiene
que lidiar con un gran número de turistas, supervisar que lleguen a su
destino y todo mientras explica un cuadro o una escultura.
Esther Ballestero, miembro de la junta directiva de la Asociación Profesional
de Guías de Turismo, trabaja como guía en Madrid. Afirma que uno de los
principales problemas que sufren estos profesionales es el intrusismo.
"La asociación actúa como defensora de la profesión, porque ahora
cualquiera se cree con capacidad para explicar un museo", dice
Ballestero. Estos profesionales también tienen que estar muy pendientes
de la situación económica y de acontecimientos como los atentados del
11 de marzo, "ya que esto influye directamente en el turismo".
El guía siempre tiene que reciclarse, formarse, seguir estudiando, "sobre
todo en una ciudad como Madrid, cuya lista de museos es interminable".
Para ser competitivo, hay que pasar el mayor número posible de
exámenes, porque cada comunidad autónoma exige un título para ejercer
como guía turístico local. De esta forma, cualquiera que posea el
título de la Comunidad de Madrid, si desea ejercer en Toledo, deberá
superar las pruebas que convoca Castilla La Mancha, y así en cada
comunidad autónoma. Ballestero posee cuatro carnéts de Guía de Turismo:
"Me he examinado del Patrimonio Nacional -con el que puedo ser guía en
El Escorial, el Valle de los Caídos, Aranjuez y El Pardo-, de Castilla
La Mancha, Castilla León y Madrid", explica.
Un guía también puede trabajar contratado por una agencia de viajes o por una empresa
especializado, como es el caso de Icono Servicios Culturales, que
trabaja para Turismo de Barcelona. Su directora, Blanca Espa,
licenciada en Historia del Arte, se encarga de seleccionar a los guías.
"Somos muy exigentes en su formación y preferimos licenciados en alguna
carrera de Letras. En Cataluña hay mucho turismo y los visitantes nos
piden rutas muy especializadas, como la Barcelona de Picasso o la de
Dalí". Las tarifas oficiales de los guías en la capital catalana son de
110 euros cuatro horas con un grupo máximo de veinte personas. En los
días festivos, esa tarifa asciende a 136 euros.
Cualidades Ballestero cree que un guía debe ser ante todo un buen comunicador para saber
transmitir la riqueza del patrimonio local o regional. "La cuestión no
es saber mucho, sino saber comunicarlo bien y expresarse. Las
explicaciones deben hacerse con seriedad y rigor", dice.